Pablo Badenier: “Somos conscientes de nuestra vulnerabilidad al cambio climático”

El jefe de la cartera medioambiental explica cómo Chile se ha ido preparando para enfrentar París. Además, Badenier cuenta sobre las alianzas regionales al respecto y las medidas locales para disminuir el CO2.

Al igual que otros secretarios de Estado relacionados al medioambiente en el mundo, para el Ministro Badenier, la COP 21 es como un Mundial de Fútbol, pero en el tema ambiental. Más aún si se toma en cuenta que el Gobierno chileno le ha puesto bastante énfasis a este tema en los últimos años. Con una Ley REP en camino, modificaciones al SEIA y una entidad especializada en biodiversidad, entre otros factores, nuestro país tiene mucho que decir en Francia.
¿Cuál es el rol que tendrá Chile en la COP 21?
-El mismo que ha cumplido hasta ahora: Chile es un actor activo y propositivo en los procesos de negociaciones, y en París queremos cumplir ese mismo rol de promotor de la acción climática, porque creemos firmemente que no lograr un acuerdo sería un enorme retroceso y afectaría negativamente la credibilidad del proceso de negociación internacional en esta materia.
Pero Chile no es un gran emisor de CO2
-Así es, nuestras emisiones representan solo el 0,25% del total global, pero somos conscientes de nuestra vulnerabilidad al cambio climático. Chile cumple con siete de los nueve indicadores geográficos de vulnerabilidad identificados por la Convención de Cambio Climático, entre ellos el ser un país con ecosistemas frágiles, con zonas propensas a la desertificación, con una extensa zona costera y con problemas de contaminación atmosférica en varias de nuestras ciudades. Es por eso que optamos por actuar en esta materia, desde que en 2009 declaramos en la COP15 de Copenhague el compromiso voluntario de un 20% de reducción de emisiones al 2020, hasta el ser uno de los primeros países del mundo en proponer un anteproyecto de contribución nacional de mitigación el año pasado, cuya propuesta final fue anunciada por la Presidenta Bachelet en la última Asamblea General de la ONU en Nueva York.
¿Pero Chile tiene peso en la COP 21?
-Esperamos tener un rol activo para poder influir en las decisiones finales que se tomen en la arquitectura de este nuevo acuerdo climático. Somos conscientes que, más que influir individualmente, es posible lograrlo vía alianzas de países. En esta materia, por ejemplo, contamos con los referentes de grupos de países de la región a los que pertenecemos y con los que compartimos miradas similares: AILAC (la Asociación Independiente de países de América Latina y el Caribe) y la Alianza del Pacífico. En los últimos años, Chile ha logrado generar información de calidad y buenas prácticas en política climática, y queremos compartir nuestra experiencia y capacidades con países de la región sur, como por ejemplo nuestro proceso de construcción de la Contribución Nacional para el Acuerdo Climático de París (INDC).
¿Cuáles serán los primeros pasos para los compromisos de reducción de 30% de C02 por parte de Chile al 2030?
-Creemos que la contribución propuesta por Chile nos permitirá un adecuado balance entre el desarrollo de nuestra economía y nuestra sociedad, y la necesidad de controlar al mismo tiempo nuestras emisiones de gases de efecto invernadero, en un escenario de mitigación serio y fundamentado.
Al mismo tiempo, construimos una contribución de carácter amplio, que se basa en tres áreas: control de emisiones de gases de efecto invernadero, resiliencia al cambio climático y apoyo transversal para la acción climática.
La Presidenta dijo que se podría bajar un 45% de las emisiones al 2030 si había apoyo internacional ¿Cómo se va a solicitar este apoyo? ¿Sólo con el denominado Fondo Verde?
-Bueno, realmente esperamos que el Fondo Verde sea un aporte fundamental en las fuentes financieras para los países respecto a iniciativas climáticas, pero no es la única vía. Estamos a la expectativa de continuar explorando oportunidades para Chile, tanto mediante acuerdos bilaterales o multilaterales con países donantes, como a través de concursos en los que estamos permanentemente postulando. Todas las instancias de este tipo nos ayudarán a materializar iniciativas en materia climática, sobre todo en aquellas relacionadas con la innovación y la educación.
¿De qué forma se logrará la continuidad de la agenda de reducción con los gobiernos que vienen?
-Las políticas públicas asociadas a cambio climático en Chile se han caracterizado por ser políticas de Estado. Así, han existido dos elementos claves: su continuidad en el tiempo en los últimos diez años, más allá del signo de la administración de gobierno, y el aumento progresivo en la relevancia del tema del cambio climático en la política pública nacional. Somos optimistas que, a la luz del acuerdo climático que se logre en París, contaremos con una estructura aún más permanente de instrumentos para una política pública activa en materia de cambio climático para los próximos años.
¿Habrá alguna política aún más activa en cuanto a la emisión de ERNC, tomando en cuenta que la energía es la mayor responsable de la emisión?
-Así esperamos en nuestro ministerio, pero es materia del Ministerio de Energía entregar esos anuncios, tal como lo ha realizado durante las últimas semanas dando a conocer la Agenda de Energía 2050, donde se propone, entre otras cosas, que al menos un 70% de la matriz eléctrica al año 2050 provenga de fuentes renovables, con énfasis en energía solar y eólica, complementadas con nuevos proyectos hidroeléctricos.
Chile tiene uno de los mayores niveles de generación de Co2 per cápita de la región (después de Venezuela) ¿Esto es principalmente responsabilidad de las empresas o de los consumidores?
-El incremento de emisiones del país sin dudas está asociado al importante desarrollo que ha registrado en las últimas décadas, y obviamente ese crecimiento ha ido acompañado de mayores tasas de producción y de consumo, en todos los sectores de la sociedad. También de un incremento de la generación de electricidad y de motorización. Por lo tanto, las “responsabilidades” son compartidas: hay más emisiones porque hay más producción y demanda energética producto del desarrollo, y al mismo tiempo hay un mayor consumo de los ciudadanos.
Entonces, ¿cuál sería la solución?
-No es frenar la producción ni el consumo, sino que ambos transiten hacia vías más sustentables y bajas en carbono. En eso avanza, por ejemplo, la Agenda de Energía al año 2050, y la Ley de Fomento al Reciclaje que tramita el Ministerio del Medio Ambiente. También políticas que apuntan a la conciencia de los ciudadanos y del sector privado, como la eficiencia energética, las campañas de consumo responsable y reciclaje, que finalmente implican también ahorros de energía, de materias primas y menor impacto en los ecosistemas. Lo que se busca es apuntar a las mejores prácticas de todos los sectores, público, privado y ciudadanía, para avanzar hacia un modelo de desarrollo sustentable en que el crecimiento del país se desacople del crecimiento en las emisiones.

Fuente: HUB Sustentabilidad

Revista nuestros servicios ambientales