Son casos que reflejan cómo cambió la relación entre las empresas y su entorno, el tema que abordan los académicos de la Facultad de Comunicaciones de la UC Sergio Godoy y Eduardo Opazo en su libro “La empresa es el mensaje”.
Primero fue la paralización de la planta de celulosa de Celco en el Río Cruces (Valdivia), pese a que la empresa cumplía con la normativa vigente. Luego HidroAysén, la Central Barrancones, la planta procesadora de cerdo de Agrosuper en Huasco, Pascua Lama, entre otros.
Son casos que reflejan cómo cambió la relación entre las empresas y su entorno, el tema que abordan los académicos de la Facultad de Comunicaciones de la UC Sergio Godoy y Eduardo Opazo en su libro “La empresa es el mensaje”. Su diagnóstico es claro: “La tribu de los gerentes estaba acostumbrada a lidiar con la tribu de los clientes, de los proveedores, de los competidores, de los medios tradicionales de comunicación dentro de parámetros claros y estables. Pero salieron otros al ruedo, complejizando la gestión de las empresas: las comunidades, el poder político, las ONG, activistas, ex empleados o subcontratistas tuiteando enfurecidos, agrupaciones espontáneas de ciudadanos y otros actores que antes no tenían la influencia que tienen hoy”, explican. Con ejemplos concretos, los autores ofrecen criterios para gestionar este nuevo entorno de stakeholders indómitos. Por lo pronto, señalan, tener claro que “comunicar no es disfrazar la realidad ni emitir comunicados, sino dialogar, escuchar y modificar las propias prácticas y estrategias de negocios si corresponde.
Como afirma Roberto Méndez en el prólogo de “La Empresa es el mensaje”: “Es necesario revisar profundamente los modos de actuar, de organizarse, de relacionarse con los diferentes grupos que hoy ejercen poder e influencia sobre la empresa. No hacerlo puede amenazar la existencia misma de las organizaciones o imponerles costos enormes”.
Fuente: Sustentare.cl
