Eficiencia energética gana espacio en el mercado de calderas para edificios

Felipe Opazo, experto de la AChEE, explica que durante los últimos años se ha producido un salto tecnológico que ha permitido contar con equipos más eficientes. Pero añade que se puede avanzar todavía más. Análisis continuos de las operaciones, capacitación y adopción de energías renovables son claves.

“Actualmente, el mercado de calderas con características tecnológicas eficientes está en crecimiento, dadas las coyunturas energéticas que se están produciendo en el país”, afirma Felipe Opazo, ingeniero de proyecto de la Agencia Chilena de Eficiencia Energética (AChEE).

De esta manera, explica, hoy conviven equipos de diversas generaciones y tecnologías.

“Antiguamente, los equipos más utilizados eran los que generaban vapor, muy eficientes para la entrega de energía calórica para sistemas de agua caliente sanitaria (ACS) como para calefacción (ACC). Sin embargo, estos demandan grandes cantidades de combustibles, además de las pérdidas mecánicas asociadas a distribución”.

Pero en la actualidad, señala, se utilizan mayoritariamente calderas de condensación, “que ofrecen un alto rendimiento, pues éstas se caracterizan fundamentalmente por aprovechar la energía obtenida por la condensación del vapor de agua contenido en los gases liberados por la combustión”.

Explica que “cuando el vapor de agua condensa, provocando el cambio de estado, dicho calor es cedido. Y las calderas de condensación utilizan dicha energía, aumentando el rendimiento de la misma hasta valores superiores al 100%”.

Mejores resultados

Todos estos equipos, afirma, presentan desafíos en su operación. Y en todos se pueden optimizar los resultados.

“Para lograr un correcto funcionamiento de estos equipos es necesario -antes de realizar grandes inversiones de capital con el objetivo de mejorar el rendimiento de la caldera-, maximizar la eficiencia de la combustión. Y el mejor camino para hacerlo es medir el oxígeno y el combustible no quemado en el gas de combustión, de manera continua. Es fundamental efectuar un análisis integral de su operación”.

De esta manera, señala, “uno de los elementos claves a controlar es la pérdida de exceso de aire en las calderas y evitar las pérdidas de calor en los gases de combustión, lo cual corresponde a la principal merma de energía en los procesos de este tipo. Para esto se debe controlar el exceso de aire suministrado al quemador, por lo cual la eficiencia de combustión es maximizada cuando la cantidad correcta de exceso de aire es suministrado para que las pérdidas de energía por el combustible no quemado y el calor de los gases de combustión sea minimizada”.

Además, indica, es clave el adecuado dimensionamiento. Para lograr la máxima eficiencia debe existir una correcta relación con la zona objeto a intervenir, ya sea esta un edificio comercial o residencial, pues la carga de ocupación afecta la disponibilidad de suministro. “Y así, también es importante considerar las dimensiones de la zona a calefaccionar y la ubicación geográfica, factor no menor, al momento de lograr un funcionamiento eficiente de las instalaciones”.

Por otro lado, dice, “es importante considerar que para un correcto uso de estos equipos se considere la capacitación. Porque aunque en su mayoría se encuentren asociados a sistemas automatizados con parámetros ya seteados con anterioridad -lo cual evita la intervención directa del operario-, es fundamental que exista un conocimiento acabado de la tecnología, para así evitar errores y poder intervenir solo cuando sea necesario.”

Y por otra parte, señala, un aspecto que puede contribuir a una mayor eficiencia energética es el uso de energías renovables no convencionales.

“Como complemento de estos equipos se están usando principalmente sistemas solares térmicos (SST), que funcionan como sistema secundario de producción de Agua Caliente Sanitaria (ACS). Ello permite lograr un aumento importante de temperatura del agua, de tal manera de disminuir la capacidad de generación de energía térmica del circuito primario del cual depende la caldera”.

También, explica, “existen otros equipos que actúan como equipos secundarios, como es el caso de las bombas de calor, que permiten aumentar la temperatura de ACS de un sistema térmico por medio de la utilización de electricidad, lo que trae consigo un consumo asociado, lo que puede disminuirse incorporando paneles solares como complemento de la generación eléctrica”.

Capacitación  es fundamental

Señala Felipe Opazo que incorporar una tecnología de última generación para producir agua caliente sanitaria (ACS) y agua caliente de calefacción (ACC) no es suficiente. “Si no se tiene el knowhow adecuado, no surtirán efecto las actuaciones que se realicen en función de introducir la eficiencia energética”.

Es por esto, dice, que uno de los roles importantes de la AChEE es potenciar y entregar capacitación al mercado para disminuir las brechas que impide alcanzar los resultados de ahorros energéticos esperados.

Fuente: Sustentare

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