Minera Invierno, después de la tormenta “Tronaduras”

 

MINA-INVIERNO

Ahora que la tormenta amainó, como decía “mi abuela en el sure”, es bueno retomar el tema de Mina Invierno (permiso para tronaduras) pero con otra perspectiva un poco más esperanzadora.  Por estos días y a razón de la solicitud de la Minera Invierno de iniciar tronaduras en sus faenas, vivimos una avalancha de declaraciones en pro y en contra de las mismas, acusaciones de uno y otro bando,  el bando con recursos puso toda la carne en la parrilla para defender su atribuido derecho de cambiar el proyecto en el camino pues se dieron cuenta de que la manera en que se los aprobaron  en su momento cada día es menos negocio seguir sin la ayuda de una que otra detonación. Para algunos una solicitud justa de una empresa pujante que además genera empleos en la región, para otros un cambio a las reglas del juego que siempre estuvieron claras y que profundizar y favorecer el negocio solo genera mayores impactos ambientales.

Analicemos la situación de manera algo lateral, lo primero es entender el negocio de la Minera, extraer carbón para ser vendido a las centrales de carbón en las 4 regiones que Chile a declarado regiones de sacrificio (es decir regiones donde hay una alta concentración industrial con poca o ninguna calidad de aire y agua, en donde además se encuentran las termoeléctricas contaminantes que afectan de manera considerable al medio ambiente pero que como país hemos decidido que básicamente “no importa” es el costo que tenemos que pagar por el desarrollo, estas zonas son Tocopilla/Mejillones (Región de Antofagasta), Huasco (Región de Atacama), Puchuncaví-Quintero (Región de Valparaíso) y Coronel (Región del Bío Bío). Lo segundo es entender por qué la necesidad de solicitar este nuevo permiso de extraer con tronaduras el carbón, la razón es simple pero compleja en el mundo del negocio eléctrico. Chile en estos últimos años se volcó a cambiar su matriz energética y abaratar al máximo posible la generación de energía en el país, propició el ingreso de centrales renovables: solares, eólicas y algunas menores como minihidro de bajo impacto, lo anterior hizo caer las tarifas desde 157 dólares y más el MegaWatt hora (MWh) a 66 dólares e incluso la última licitación las generadoras renovables pusieron el MWh a 32,5 dólares, esto nadie lo imaginó en el sector eléctrico, un sector conservador dominado por muchos años por los 3 grupos económicos principales en Chile, no obstante la entrada de las ERNC abrió el mercado a cientos de grupos económicos nuevos nacionales e internacionales, generó competencia, ergo, las empresas productivas,  las personas, el medio ambiente, en síntesis, el país resultó favorecido con menores costos de energía vital para ir en la senda del crecimiento.

Volvamos a Magallanes, los defensores de la minera nos intentaron y nos siguen intentando convencer que es impropio negarles el derecho a mejorar su proyecto, en función de mejorar sus utilidades como empresa, nos intentan convencer además de todas las acciones ambientales que desarrolla la minera en el lugar de extracción, el bajo impacto que ella tiene, en fin… nos intentan convencer que son increíblemente sustentables como empresa, lo cual dando el beneficio de la duda puede ser cierto y puede que su extracción de carbón sea totalmente verde y sustentable (si alguien puede creer que consumir un recurso natural no renovable en alguna parte puede ser considerado sustentable). El tema es otro, el problema es otro, digamos que la empresa es sustentable no obstante trabaja para alimentar y proveer de materia prima a los menos sustentables de este país, “las termoeléctricas” que consumen para generar hoy energía eléctrica cara pues las renovables rompieron todos los mitos de lo imposible, hoy se puede, la tecnología lo permite, los costos lo permiten y el sentido común poco a poco hace que la gente a cargo de la toma de decisiones lo permita.

Vamos a otro punto los empleos en la región, se habla de más de 500 trabajadores directos en la Mina (según su página web, sección “personas”) y  unos 600 más como empresas de servicios asociadas a la faena como proveedores directos e indirectos, 1200 a 1300 empleos. Hay que recordar que de  los empleos directos un porcentaje no es de la región por lo que cada vez que termina su turno se devuelve a su región, si contamos todos los trabajadores son más o menos 1.200 empleos, sobre un total de 87.000 en la región (según último CENSO), es decir 1,4% de los empleos. Se habla de crecimiento y desarrollo de la región, como se ve un 1,4% de empleos más, en una región donde el desempleo es estructural (4,1% al 5%), es decir prácticamente no hay o más bien lo que hay es el transitorio entre quienes salen al mundo laboral o los que están en proceso de cambio.

La mirada y la invitación que invito a tener a mis amigos magallánicos sobre todo a los empresarios de la zona, es más bien preguntarse ¿qué tipo de crecimiento se quiere tener en la región?, ¿cómo se genera este crecimiento) y ¿para qué se genera?. ¿Queremos realmente un crecimiento basado en una extracción de recursos primarios con bajo valor agregado?, no sustentable por naturaleza y que alimenta un negocio que si bien genera un bien,  hoy comienza a ser caro y con certeza altamente contaminante no para Magallanes probablemente, sino para nuestros compatriotas de las regiones de sacrificio ya mencionadas, nuestra propia gente..

Necesitamos llevar a los empresarios Chilenos y a los Magallánicos a un nivel de desarrollo de negocios de valor agregado y no quedarnos en servicios primarios, la vieja escuela de los negocios indicaba que había que extraer recursos naturales al más bajo costo para venderlo al mejor pagador, no obstante la nueva escuela de negocios plantea el desarrollo de productos de valor, que permita diferenciarse y abrir mercado, saliéndose de los  que hoy son commodities en decadencia como el negocio del carbón. Es importante recordar que las principales empresas Europeas que desarrollan proyectos termoeléctricos en Chile como ENGIE y ENEL además de otras 3 nacionales el 2017 desistieron de sus proyectos devolviendo los terrenos asignados a Bienes Nacionales, entendiendo que ese mercado va a la baja y no tiene mayor futuro una decisión en función de los beneficios económicos pero que desde el medio ambiente se agradece.

Por otro lado como país hemos tomado la desición de estado y no de gobierno de transitar al desarrollo de matrices energéticas menos contaminantes, no en vano firmamos acuerdos como el de París donde donde en la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático-COP23  nos comprometimos a reducir el uso de combustibles fósiles entre ellos nada menos que el carbón.  A nivel país nos hemos fijado una meta al 2035 una meta del 60% de ERNC en nuestra matriz energética nacional, (el presidente electo incluso habló de un 100% en su campaña). Magallanes es la primera comuna con una  “Hoja de Ruta Energética 2050” , la primera comuna que además  ahora tendrá un programa exclusivo de CORFO para el desarrollo e impulso de las ERNC y las EE, se acaba de aprobar  hace unas semanas el parque Eólico ENAP/Pecket que apoyará con Energía limpia a la zona en el camino de un cambio de matriz energética y alejarse de combustibles fósiles poco a poco (ya sabemos lo que pasa en la región frente a la advertencia de que no habrá gas o de la reducción del subsidio al mismo) en una región donde su matriz energética es 94% gas y que requiere con urgencia transitar a una diversificación que no ponga en riesgo el futuro regional.

El mercado energético es enorme en todas partes, es grande además en Magallanes,  altamente especializado y de requerimientos de colaboradores capacitados y altamente especializados que permitirá una escuela ingenieril diferente y servicios de gran valor agregado en la zona. Trabajar en energía y en el uso de esta es trabajar en la eficiencia y en la disminución de costos para la industria por lo que no se le puede mirar como algo a la ligera.

Bien Magallanes querido!… Sigue en la senda de la sustentabilidad, las nuevas generaciones te lo agradecerán.