IRENA marca la hoja de ruta hacia el transporte sostenible

IRENA ha presentado un documento en el que establece una hoja de ruta para la transición del transporte contaminante al transporte sostenible. El documento establece tres estrategias de acción que determinan el camino, tanto a corto como a largo plazo, que marcan la dirección hacia ese futuro en el que se prescinda del uso de combustibles fósiles. 

En la actualidad, el sector del transporte representa el 30% del consumo mundial de la energía. Además, se calcula que esta tendencia irá en aumento en los próximos años y podría llegar a incrementarse en más de un 10% antes de 2030. Desgraciadamente, el sector del transporte constituye uno en los que menos presencia tienen las energías renovables. A esto se le suma el hecho de que su actividad constituye el 25% de las emisiones globales de CO2. Con este panorama, se hace necesaria una intervención drástica, que logre cambiar los datos y que haga virar la dirección del sector hacia un desarrollo sostenible y respetuoso con el medio ambiente.

IRENA ha formado un grupo de expertos constituido por más de 200 personas para establecer las pautas y las acciones que deben tomarse para llevar a cabo este cambio. El equipo recibe el nombre de REmap Transport Action Team. Está formado por expertos de diferentes sectores procedentes tanto de empresas privadas como instituciones académicas, instituciones gubernamentales y organizaciones internacionales.

Se trata de un equipo que se encarga de estudiar, entre otras cosas, las tendencias en el consumo de energía y, en concreto, el consumo de energía en el sector del transporte. Comprender estos patrones es el primer paso necesario para saber qué tenemos que hacer para obtener alternativas sostenibles y reales a la situación actual.

Las ciudades, uno de los mayores retos para IRENA

Entre los mayores retos que se presentan en este campo están las ciudades. Las grandes urbes y sus alrededores constituyen los principales causantes de la contaminación del aire. De hecho, los daños en la salud humana derivados de la polución acumulada en los grandes núcleos urbanos es cuatro veces más dañina que en áreas rurales. Lo que implica, al mismo tiempo, un gasto sanitario cuatro veces mayor. Por ello, no se trata sólo de proteger el medio ambiente, sino también de invertir en nuestra salud y en nuestra propia economía. Reducir el consumo de combustibles fósiles en favor de las energías renovables repercutirá positivamente en todos los aspectos de nuestras sociedades.

El documento presentado por IRENA a la comunidad mundial del transporte establece tres puntos de trabajo concretos y las estrategias concretas a tener en cuenta en cada uno de estos campos:

Aumentar la movilidad eléctrica

Se establece como una prioridad a la hora de reducir los niveles de contaminación. Para ello, se hace hincapié en la necesidad de interconectar los sectores energéticos, especialmente en lo referido a la generación de electricidad.

Desarrollar biocombustibles avanzados

En lo referido a los biocombustibles el elemento fundamental que garantiza su éxito pasa por que se apliquen a todos los medios de transporte, no sólo al automóvil. De este modo, el documento presentado por IRENA remarca la importancia de que su uso se extienda tanto a la aviación y al transporte marítimo.

Innovación tecnológica sostenible

Finalmente, el documento expone la necesidad de seguir investigando para conseguir tecnologías más eficientes en el transporte que permitan que su impacto en el medio ambiente sea el menor posible.

De esta forma, se establecen las tres vías que permitirán sentar las bases a corto y largo plazo en el proceso de transición hacia un transporte no contaminante. A través de la movilidad eléctrica, el uso de biocombustibles y la innovación tecnológica podemos llevar a cabo dicha transición en un período de tiempo que, según los expertos, podría ser una realidad en el año 2030.

Fuente: Energy News